Desconocida
Temuco, marzo de 1992.
Ya ni sé cómo nombrarte,
Vicio de mi alma
De la boca húmeda
Se me van los versos.
Tengo todas las espinas
Guardadas en mi bolsillo!
¡Démonos a la noche!
Tú con las aves nocturnas
Y yo con el cielo talentoso.
La noche es un cuerpo invisible
Tiene ojos celosos
Como mar de invierno
Y tú, eres quien camina
por las vías angostas
quitándole espacio
a los pies de mi calma.